The Graduate (1967)

The Graduate (1967) Dirección: Mike Nichols Guión: Calder Willingham & Buck Henry

En 1967 mientras Bonnie y Clyde recorrían en pantalla las carreteras americanas de los años 30 Mike Nichols traería a su presente todas las sensaciones de alienación y tristeza que recorrerían durante la próxima década la cinematografía estadounidense y que caracterizaría el nuevo cine americano aquel del que estas dos obras se verían como su origen.

El Graduado a través de los años se ha convertido en un clásico del cine americano pero cuando la vez en 2019 no dejas de preguntarte si este film corresponde a esa categoría porque criterios personales aparte de lo que cada uno de nosotros considere como un clásico debemos estar de acuerdo en que las preguntas que estas obras plantean ya sea en un libro o en una pantalla deben persistir más allá de su propio tiempo de realización o acaso el discurso sobre el poder y la ambición que se planteaban en Macbeth no son tan validos en el siglo XXI como lo fueron en el renacimiento.

Esto lo menciono porque algunas personas consideran con criterio que El Graduado no ha logrado sobrepasar esa corta barrera de tiempo y al contrario que otras películas contemporáneas suyas hoy esta se puede sentir un poco “vieja” en especial su segunda parte porque esta obra esta claramente dividida en dos secciones y por lo mismo es más sencillo hablar independientemente de cada una.

La película inicia con la llegada del personaje de Benjamin Braddock al aeropuerto luego de finalizar este su etapa universitaria, este rol lo interpretó realmente bien Dustin Hoffman siendo un desconocido y en apenas su segundo trabajo consigue desde sus primeras escenas convertirse en el canal idóneo de todos los sentimientos que el guion le exige mostrar con el rol de un joven inexperto y hasta tímido.

Los primeros minutos dejan constancia de esa sensación de soledad de Benjamin siendo él un ejemplo de toda una generación de estadounidenses que básicamente tuvo dos opciones: luchar en una guerra sin sentido en un extraño país del sureste asiático del que no habían escuchado hablar hasta hace unos pocos años o si formabas parte de una clase algo más privilegiada el tener la posibilidad de ir a la universidad y construirte un futuro abierto donde tu éxito se basara únicamente en tus habilidades, eso ultimo suena bien pero cuando estas en una posición de privilegio basada únicamente en el azar el sentimiento de alienación y extrañeza te invade y creo que el que logres compartir esa sensación con el personaje principal es el que limita que termines comprando la película o no.

Sigamos solo un poco más en esta línea, definir un término filosófico como el existencialismo es complicado y no es el fin de este texto pero este se ha definido como la norma de que la existencia precede a la esencia y esto vendría a significar que la vida real de cada persona es la que define a su vez al individuo y cuando esta vida real carece de un sentido hace que tu persona tampoco tenga una razón de ser, esto en si no es algo negativo ya que si alejas la obligación de considerar que toda existencia tiene un significado ultimo puedes a la vez empezar a trabajar en el “yo” esta sería una segunda etapa en el proceso existencialista siendo la primera el sentimiento de vacío, este espacio lleno de nada lo refleja bastante bien la película y por eso lo menciono, por ejemplo cuando Benjamin esta tomando el sol y ante la pregunta de su padre sobre que esta haciendo este contesta que está a la deriva en la piscina porque simplemente “resulta cómodo ir a la deriva”.

Esta falta de sentido, de estar en medio de un absurdo lo escenifican en una cómica escena donde Benjamin recibe de regalo de cumpleaños de parte de sus padres un traje de buzo que ejemplifica el sentimiento de alejamiento de este con todo su entorno y como lo ve todo extraño a través del visor, como ahora es ajeno a sus padres y a los deseos que estos tienen puestos en él, esta sensación si es más conocida para todos nosotros.

Esta primera parte también cuenta con la presencia grandiosa de Anne Bancroft como la icónica Sra. Robinson, la actriz neoyorquina era capaz de llenar la pantalla y de contar a través de sus expresiones y su mirada toda la historia de la película, siempre consideré que el que la segunda parte de esta no alcanzara el nivel de la primera se debe en parte a que Bancroft ya no aparezca tanto en ella.

Ahora bien, estas lecturas que podemos hacer es algo difícil trasladarlas a la segunda parte del filme que inicia con la llegada del personaje de Elaine (la hija de los Robinson) que vuelve a su casa para pasar las vacaciones, nunca he logrado dejar de disociar toda esta larga sección que tiene como punto de partida la insistencia de los padres en que ambos jóvenes se conozcan ya que luego de una fatal primera cita Benjamin decide que esta enamorado de Elaine y acá utilizo el verbo decidir porque te da la sensación de que este sentimiento no es real en él ya que como lo expresa ella es “la primera persona con la que se encuentra bien” y no deja de darte la sensación de que su presencia la utiliza (como antes la de su madre) para llenar ese sentimiento de vacío.  

Acá también hay que mencionar el misterio que rodea la película y este es el del nacimiento de Elaine, esta parte no es un spoiler ya que el filme no te aclara la historia así que no creo que haya problema en si cuento mi versión de los hechos, desde un inicio la Sra. Robinson es la única que se opone a que los dos jóvenes se citen y esto se lo deja muy en claro a Benjamin cuando le cuenta la historia de cómo se originó la concepción de Elaine y que al parecer provocó el rápido matrimonio de los Robinson, su relato no es muy creíble y te da la idea de que esta mintiendo, esta mentira y la negativa a la relación de los muchachos me genera la idea de que ambos chicos son hijos del mismo padre y por lo tanto hermanos luego de una flaqueza de la Sra. Robinson con el socio y mejor amigo de su prometido y que por lo tanto la relación sentimental que ella procura con Benjamin es únicamente un intento anticipado de negar cualquier oportunidad a que esa relación nazca, bastante novelesco todo.  

Debo hablar igualmente de la escena final tan icónica como la película misma donde Elaine y Benjamin escapan juntos en un autobús pero cuando la cámara se cierra sobre ellos la sonrisa que ambos tienen se va apagando y lo remplaza una expresión de duda e incertidumbre ya que parece que esa no es la salida que buscan ni desean y en ese momento entienden que todo lo que ha pasado no les ha dado ninguna respuesta; me gusta que la película termine de esa forma ya que evita que el espectador la pueda considerar solamente una buena comedia romántica y le recuerde que en su esencia es algo muy diferente.

También es importante indicar que la banda sonora es de Simon y Garfunkel y en especial “The Sound of Silence” se repite varias veces a lo largo de la película, supongo que si el tema no te gusta mucho este hecho te puede resultar algo pesado, pero para mí la canción se utiliza bien y te remarca las sensaciones que la película te quiere dar.

Al inicio me preguntaba si El Graduado corresponde a esa etérea sección que damos por llamar clásicos y la verdad es que si bien es un trabajo que ya no podemos ver como algo actual ya que la película no ha envejecido del todo bien y que al menos para mi es algo desigual entre sus partes la verdad es que cuando la vez no la olvidas fácilmente por todo lo bueno que hay en ella y que te incita cada cierto tiempo a volver a verla y supongo que el que una obra te provoque esta necesidad y que cuando lo hagas te preguntes algo nuevo o tengas una lectura diferente a la que tuviste antes también son elementos de un clásico y lo cierto es que El Graduado se seguirá viendo con los años y las personas interesadas en el arte del cine seguiremos hablando sobre ella y esto es algo que la mayoría de las películas no consigue.