Easy Rider (1969)

Easy Rider (1969) Dirección: Dennis Hopper Guion: Peter Fonda, Dennis Hopper & Terry Southern.

En la historia americana los años 60 marcaron el final de la edad de la inocencia y le mostraron a los Estados Unidos su cara mas dura e intransigente aquella que era marcada principal pero no exclusivamente por los habitantes de la América mas profunda y que eran los que guardaban vivos aquellos sentimientos que muchos pensaron habían finalizado con la esclavitud como lo eran el racismo, la intolerancia y el miedo a lo diferente, básicamente los años 60 demostraron que los Estados Unidos todavía tenían la capacidad de odiar y fue la generación que inició su edad adulta en esos años los que responderían al odio, a la guerra de Vietnam, al establishment de Washington de una forma diferente a la que habrían hecho sus padres anteriormente, lo hicieron abanderando un nuevo movimiento contracultural, lo hicieron bajo una mentalidad libertaria y pacifista; simplificando podríamos decir que se convirtieron en hippies.

El movimiento hippie si bien se estableció en los años 60 tenia como todo movimiento raíces mas profundas, en su caso las podemos encontrar en todo aquello que se llamó la Generación Beat, drogas como llaves para acceder a las “puertas de la percepción”, liberación sexual, adopción del naturalismo, es aquel movimiento que tuvo a Allen Ginsberg, a William Burroughs y a Jack Kerouac como sus figuras mayores y a libros como “On the Road” de este último como referencia: “Todavía nos quedaba mucho camino. Pero no nos importaba: la carretera es la vida”; todo esto a nosotros los cínicos modernos del siglo XXI nos parece lejano, tan lejano como se ve hoy “Easy Rider” de 1969.

Easy Rider fue un producto que solo se pudo haber gestado con credibilidad en los finales de los años 60, el viaje de dos motociclistas que consiguen algo de dinero gracias a una operación menor de trafico de drogas y que deciden dirigirse al Mardi Grass en Nueva Orleans recorriendo en sus motocicletas las carreteras americanas, la película al final tendría la dirección y actuación de Dennis Hopper quien se había forjado su reputación de actor rebelde desde los años 50 apareciendo en pequeños papeles en grandes filmes como “Rebel Without a Cause” (1955) o “Giant” (1956) al lado de James Dean y quien si hacemos caso a lo que se ha escrito sobre la filmación de esta película podía llegar a ser una persona bastante violenta e intratable pero que con los años lograría convertirse en un actor de gran carácter, Hopper encontraría en Peter Fonda las manos y los recursos financieros necesarios para completar el guion y lanzarse a la carretera a grabar.

Para hablar de Easy Rider debemos tomar en cuenta que no es una película parecida a nada de lo que se haga hoy en día y por lo tanto no vale aplicar los criterios técnicos que se podrían utilizar para reseñar otras películas, la leyenda de este filme nos cuenta como Hopper únicamente iba grabando diferentes escenas sin apegarse a ningún guion establecido y sin comentar con el equipo técnico mayor cosa de la historia que estaban realizando, es más podría decirse que la película no cuenta realmente ninguna historia y se limita a conectar diferentes tomas de los protagonistas ya sea almorzando con un granjero y su familia o conviviendo con una comuna en una montaña alejada; esta naturaleza anárquica con la que se hizo Easy Rider se puede ver reflejada en la película en los singulares cortes que se utilizan para pasar de una escena a otra, en el uso tan caótico de la cámara que nos da la idea de que se grababa al hombro únicamente por hacerlo sin apegarse a ningún plan establecido y que en el trabajo de edición finalmente se decidió que tomas utilizar para montar algo ligeramente coherente así como en la actuación de sus protagonistas que dan la imagen de no actuar y simplemente mostrarse en pantalla como eran, de hecho siempre he tenido la idea de que Dennis Hopper estaba algo mas que “perdido” en ciertas tomas que finalmente entraron en la película; es de llamar la atención el hecho de que el rol mejor trabajado sea el realizado por Jack Nicholson lo cual nos debería decir bastante sobre el filme.

Este caos controlado lo vemos también en las escenas grabadas en las calles de Nueva Orleans y con mayor fuerza aún en las realizadas en el cementerio, todo esto se hizo sin ninguna idea (o permiso) previamente establecida y los interpretes simplemente decidieron fluir ante las cámaras, de hecho se dice que el llanto de Fonda era real.  

Ahora bien, lo anterior no se debe tomar como una critica negativa a la película, de hecho esos elementos son obligatorios para poder apreciar Easy Rider como lo que realmente es: una puesta en escena de principios tomados de la contracultura americana que ya empezaba a palidecer en aquellos años y que serviría de despedida de los años 60 así como del utópico mundo que quisieron construir esa generación de jóvenes, Fonda le dice al granjero: “No cualquiera puede vivir de la tierra” y parece decir que la sociedad moderna ya no puede regresar a la inocencia que alguna vez la caracterizó.

Hopper y Fonda interpretan a Billy y a Wyatt dos forajidos modernos que curiosamente satirizan a dos estilos de vida americanos, Billy parece personificar al General Custer durante las guerras indias y Wyatt con toda su iconografía es llamado Capitán América, parecen burlarse de toda esa mitología nacionalista mientras montan sus motocicletas, estas tienen protagonismo en el filme ya que estos nuevos caballos de metal también significan un cambio con relación a aquellos animales (con los que comparten una escena) sobre los que los americanos montaron originalmente para conquistar sus nuevos terrenos.

Como retrato de los años 60 el filme también da relevancia a la música de aquellos años y más allá de la icónica “Born to Be Wild” de Steppenwolf y que esta grabada a fuego con esta película podemos escuchar también a The Band, a The Byrds y a la Jimi Hendrix Experience; en serio todas grandes canciones.

Al final Easy Rider es como un poema libre, una experiencia cinematográfica que sin tirar tanto de la psicodelia que caracterizó a otras películas contemporáneas suyas creo yo si impide analizarla con una crítica dura porque probablemente no cumpliría con los criterios de esta y nos alejaría de una película que si bien nos es lejana (tanto en tiempo como en ideología) nos recuerda que el cine puede también ser libre, en una escena el personaje de Nicholson habla precisamente sobre la libertad, sobre como nos da miedo todo aquello que nos recuerda que no somos libres, que nos recuerda nuestras ataduras y como a veces ese miedo nos impulsa a ser violentos, sabemos que esa violencia también llegara a la película y si me debo quedar con algo del filme elijo esa escena, podemos apreciar Easy Rider como un filme de culto y lo podemos observar también como parte de la historia del cine pero más allá de eso la película tiene todavía cosas que contarnos a 50 años de su estreno y eso es valioso.